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Hoy más que nunca, las startups, además de buscar cambiar o crear industrias en mercados con gran potencial, presentan interesantes oportunidades de carrera para profesionales en software, producto, finanzas, legal, entre muchas otras opciones.
El aumento en la oferta de trabajo de inicio trae consigo una oportunidad para que los solicitantes de empleo se eduquen sobre la diferencia entre aceptar un trabajo en un inicio (incluso dependiendo de la etapa de crecimiento en la que se encuentre) en comparación con tomar un trabajo en una empresa “tradicional” .
Aunque hay múltiples factores a considerar sobre las ofertas de trabajo de las startups, hoy nos vamos a centrar en una de las cosas que hacen que sus ofertas sean radicalmente únicas. Hablemos de la compensación.
Para comprender mejor la compensación de inicio, aquí hay un contexto útil: cuanto más joven es una empresa, más tiende a lidiar con niveles altos de incertidumbre que una que ha estado en el negocio durante años. Esto es natural ya que existen etapas de crecimiento en las empresas que nos permiten identificar qué tan avanzadas están en el desarrollo de su producto, modelo de negocio, crecimiento del equipo, entre otros factores.
Al iniciar un negocio con altos niveles de incertidumbre, los recursos (especialmente el tiempo y el dinero) son limitados, y las empresas se enfrentan a un dilema: “Si el dinero y el tiempo son limitados, pero tengo metas ambiciosas que requieren el mejor talento, ¿cómo puedo contratar a las personas para que me ayuden a alcanzar esos objetivos?”
La idea de las empresas es poder hacer avanzar el negocio hasta el punto de lograr la rentabilidad, lo que les da una runway (meses de vida) ilimitado. Entonces pueden destinar más dinero para conseguir talento. Si bien esta es una forma de hacer las cosas, lo más frecuente es que las startups levanten rondas de inversión para ahorrar tiempo, capitalizarse y así contratar con una estrategia que, como ya se ha visto en la industria FinTech, puede ser tan “agresiva” como llegar a cientos de empleados en menos de un año.
Discutiremos los pros y los contras de la intensidad de esas estrategias de contratación en otro artículo 😉
Fin del preámbulo.
Las startups con recursos limitados necesitan hacer ofertas de compensación que les permitan competir y ser más atractivas que las empresas tradicionales e incluso otras startups.
Si has estado en el mundo del emprendimiento, habrás oído hablar del concepto “skin in the game”. Esto, en términos prácticos en el contexto del que estamos hablando, significa tener un porcentaje de participación en la empresa.
Este concepto cobra relevancia cuando la startup tiene poco dinero y no puede ofrecer una compensación en efectivo (salario bruto) que compita cara a cara con la de los unicornios u otras empresas con muchos más negocios establecidos en el mercado. Para contrarrestar dicha desventaja, es común que las startups ofrezcan a los empleados la oportunidad de ser accionistas. Y aquí es donde comienza la parte emocionante.
El esquema más común para obtener acciones de la compañía es a través de un plan de vesting de stock options. Las empresas tienen una valuación y un precio por acción. El contrato de vesting define cuántas stock options se le otorgarán, cuándo serán otorgadas, y a qué precio de compra. Si tu contrato de vesting dice que tienes derecho a 1000 stock options durante 4 años con un cliff de 1 año, con una distribución del 25 %-25 %-25 %-25% por año. Significa que a partir de 1 año después de la firma del contrato, recibirás 250 stock options cada año, equivalentes al 25%, hasta que te adjudiquen el 100% al cabo de 4 años desde la firma del contrato.
Ahora puedes preguntarte si, al cabo de 4 años, cada acción vale $10 MXN, el precio de venta acordado fue de $1 MXN y tengo 1000 stock options, ¿entonces tengo $10 000 MXN? La respuesta rápida es no. Lo que te da este tipo de contratos es LA OPCIÓN de comprar todas esas acciones a un precio definido en el contrato (en este caso, por 1,000 acciones que valen $10,000 MXN, debes pagar $1,000 MXN, obteniendo un 10X bruto de tu inversión), el cual naturalmente debe ser lo suficientemente bajo para que tú, como parte del contrato, ejerzas tu derecho a comprar esas acciones a un precio preferencial, y así puedas guardarlas o venderlas en el futuro a un precio más alto. Sí, has leído bien; tienes que pagar dinero para conseguir esas acciones.
Lo bueno: Tienes la oportunidad de comprar acciones que aumentarán o disminuirán según el valor de mercado. Si entras en una etapa muy temprana de la empresa, puedes obtener un precio bajo, y si la empresa va bien, puedes multiplicar el valor de esa inversión.
Lo malo: Tienes que pagar dinero por esas acciones.
💡 Existen diferentes estrategias para ejercer tu derecho a adquirir estas acciones para que tu carga fiscal sea la idónea, y aunque se sale del contexto de este artículo, aquí te dejo algunos elementos de reflexión sobre el tema si es que la empresa de la cuál comprarás acciones está basada en Estados Unidos. Es importante aclarar que la regulación fiscal referente a la liquidación e incluso otorgamiento de acciones, cambia en cada país y es importante que te informes de acuerdo a la regulación aplicable en tu caso.
Otra forma de otorgar acciones a los empleados es a través del modelo que utiliza Play Business en México. Es un contrato de vesting de 4 años que comienza a pagar desde el año 1. Con el ejemplo anterior, en lugar de obtener la opción de compra, en Play Business, obtienes un total de 1,000 acciones en directo después de 4 años sin tener que pagar nada. Tu tiempo, trabajo y lealtad es lo que te compra las acciones.
Sin embargo, no termina ahí. Imagina que en lugar de tener solo 1 contrato de vesting, firmas uno nuevo cada año y es acumulativo con el anterior. Esto crea un efecto en cascada que permite a los empleados capitalizar al máximo su trabajo y tiempo en Play Business para que pueda aumentar su skin-in-the-game y acelerar su valor tan rápido como crezca el negocio.
Lo bueno: Tienes la oportunidad de obtener acciones que aumentarán o disminuirán según el valor de mercado (normalmente dado por levantamientos de capital siendo una empresa privada que no cotiza en mercados públicos). Si entras en una etapa muy temprana de la empresa, puedes obtener un precio bajo, y si la empresa va bien, puedes multiplicar el valor de esa inversión.
Lo aún mejor: no tienes que pagar por esas acciones.
En resumen, así es como se ven los números.

Ahora tienes una herramienta extra para aprovechar los beneficios de trabajar en una startup. Cada modelo tiene ventajas únicas, y depende de ti, de tu momento de vida y de tus aspiraciones a corto-medio-largo plazo para definir qué es lo mejor para ti.
Finalmente, si el modelo que usa Play Business te parece atractivo, te invito a ver nuestra página de vacantes. ¡Estamos emocionados de que tengas skin-in-the-game!